sábado, 9 de junio de 2007

Escudo del reino de Guipúzcoa



Escudo cortado, Arriba, 1º de gules, un rey al natural en su trono con una espada de plata en su mano derecha; 2º de gules, doce cañones de oro sobre sus cureñas puestos en tres palos; y abajo de oro, tres tejos de sinople terrazados de lo mismo, y en punta ondas del mar de azur y plata.
Timbre: Corona real abierta.
Tenantes: Dos salvajes, uno por cada lado, y debajo la leyenda "Fidelissima bardulia nunquam superata"



"Guipúzcoa goza, en virtud de merced Real, de los títulos honoríficos de MUY NOBLE Y MUY LEAL provincia. La primera concesión de este género le fue hecha por el rey D. Enrique IV, mediante una Real cédula expedida en Segovia a 16 de Febrero de 1466, cuyo trasunto existe en el archivo de la misma. Por ella, en consideración a los muchos y leales servicios que le había prestado y le prestaba cada día, le otorgó el privilegio y gracia de que en todas sus cartas, escrituras y lugares donde se hubiese de nombrar, pudiese llamarse NOBLE Y LEAL.

Más adelante, con motivo de haber concedido en el año de 1522 el rey D. Carlos I a la entonces villa de San Sebastián igual privilegio, la provincia suplicó de esta merced en el Consejo Real para su derogación. Guipúzcoa fundó esta reclamación principalmente en la consideración de no ser justo ni regular que un miembro particular de ella tuviese un título que la misma provincia, o sea, el cuerpo universal de sus pueblos había adquirido mediante sus servicios y merecimientos. El resultado de las gestiones que hizo en este sentido fue de mantener a San Sebastián la gracia hecha a su favor, y de condecorar al mismo tiempo a la provincia con el dictado de MUY NOBLE Y MUY LEAL Así aparece de la Real cédula despachada en Toledo a 23 de Junio de 1525, inserta en el capítulo 5º, títuló 2º de la recopilación foral, que puede consultarse.

También usa esta provincia de escudo de armas en sus despachos, cartas, banderas y otros lugares ú objetos desde tiempo tan antiguo, que no hay noticia de su principio ni del motivo que hubiese habido para su introducción. Dicho escudo se compone de un círculo pintado en campo colorado, dividido en dos mitades, superior la una, inferior la otra. La parte superior se halla subdividida en dos cuarteles, de los cuales el derecho está ocupado por un rey sentado en un sillón con vestiduras reales, corona puesta en la cabeza, y una espada desenvainada con punta levantada en la mano derecha. El cuartel izquierdo representa doce piezas de artillería, colocadas en cuatro hileras de tres en tres. La parte inferior contiene tres árboles frondosos y cubiertos de hoja verde, puestos en ondas de mar, los cuales no se sabe sí son tejos, encinas, robles, hayas o de otra clase semejante."

Noticia de las cosas memorables de Guipúzcoa, Pablo de Gorosabel



"Cualesquiera que sean las manchas que, por sus desventuras o sus defectos, obscurecen los anales del reinado de Don Enrique IV, no puede negarse que su actuación en Guipúzcoa fue beneficiosa y favorable en alto grado. Reconociéndolo así la Provincia, adoptó, en tiempo de este Monarca, el escudo que ostenta como primera figura el Rey sentado en el trono con la espada levantada en la mano derecha, que es de creer no aludiera directa y personalmente a monarca alguno, sino a la potestad suprema encargada de regir y hacer cumplir el fuero; pero de existir referencia individual, ésta correspondería con plena justicia al propio Don Enrique. En el cuartel inferior, sobre ondas del mar, colocáronse tres árboles, emblema a la vez de los tres partidos en que se hallaba dividida la Provincia y de las Juntas generales que por tanda habían de celebrarse en ellos. Así se mantuvo hasta 1513, en que la adición del cuartel con los doce cañones, concedidos por la reina Doña Juana a consecuencia de la victoria obtenida por los guipuzcoanos en Diciembre de 1512 en Belate (Navarra), vino a perturbar la unidad del símbolo, relegando a un lado al Monarca de Castilla que antes abarcaba bajo su manto el espacio todo de los tres árboles.

También fue Don Enrique el que implantó la costumbre de incluir en los encabezamientos de los documentos reales el título de Rey de Guipúzcoa, juntamente con el de Castilla, de León, etc., dictado que siguió observándose en su reinado y en el siguiente de los Reyes Católicos, como se comprueba con muchos documentos que existen en el Archivo provincial de Tolosa."

Geografía de Guipúzcoa, Serapio Múgica

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