domingo, 3 de febrero de 2008

Don Blas de Lezo (1689 - 1741)

El Almirante Don Blas de Lezo y Olavarrieta, apodado Patapalo o Medio hombre, fue un marino de reconocido talento y genialidad y uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española, cuya brillante carrera aseguró el dominio marítimo del Imperio Español durante 60 años más. También es uno de los mayores desconocidos.

Retrato del almirante D. Blas de Lezo.(Foto de www.elgrancapitan.org)

Nació el 3 de febrero de 1689 en el actual Pasajes de San Pedro, donde todavía se conserva su casa, aunque en su época pertenecía a San Sebastián. Miembro de una familia de ilustres marinos, se educó en un colegio de Francia y salió de él en 1701, para enrolarse en la armada francesa, pués la española era apenas inexistente, la situación era calamitosa y lamentable, fiel reflejo del descalabro económico y la decadencia de los Austrias.

En 1704, muere sin descendencia Carlos II y estalla la Guerra de Sucesión en España. Lezo se embarca en la escuadra francesa, como guardiamarina a las órdenes del gran almirante de Francia, el conde de Toulouse, Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV. Frente a Vélez-Málaga se produjo el 24 de agosto de ese año la batalla naval más importante del conflicto. En dicho combate se enfrentaron 96 naves de guerra franco-españolas (51 navíos de línea) y 68 navíos de línea anglo-holandeses, con 1.500 y 2.700 bajas, respectivamente.

Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar hasta que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda, teniéndosela que amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla. Cuentan las crónicas que el muchacho no profirió un lamento durante la operación. Debido al valor demostrado en aquel trance y en el propio combate, es ascendido a Alférez de Bajel de Alto Bordo por Luis XIV y se le ofrece ser asistente de cámara de la corte de Felipe V. Rechazó estar en la corte, pues ambicionaba conocer la artes marineras y convertirse en un gran comandante.

En 1705 vuelve a bordo y aprovisiona la asediadas Peñíscola y Palermo. Después de esto hostiga el comercio de Génova teniéndose que enfrentar al británico Resolution, que se rinde ante el marino vasco. Continúa patrullando el Mediterráneo apresando numerosos barcos ingleses realizando valientes maniobras con un arrojo impropio, tanto es así que se le premia permitiendo llevar sus presas a Pasajes, su pueblo natal.

En 1706 es requerido por sus superiores y se le ordena abastecer a los sitiados de Barcelona al mando de una pequeña flotilla. Sirviéndose de su aguda inteligencia realiza su cometido brillantemente, escapando una y otra vez del cerco que establecen los ingleses para evitar el aprovisionamiento.

En 1707 se le destina a Tolón donde combatió en el ataque que a dicha plaza y puerto dio el duque de Saboya, distinguiendose en la fortaleza de Santa Catalina, donde toma contacto con la defensa desde tierra firme en combate contra los saboyanos. En esta acción, tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le aloja en su ojo izquierdo, perdiendo para siempre la vista del mismo. Tras una breve convalecencia es destinado al puerto de Rochefort donde es ascendido a Teniente de Guardacostas.

En 1710 realizará otra gran gesta rindiendo una decena de barcos enemigos, el menor de 20 piezas, y sometiendo en un impresionante combate al Stanhope, que le triplica en fuerza. Lezo es herido y ascendido a Capitán de Fragata.

Combate de una fragata española con el navío británico Stanhope. (Foto de www.elgrancapitan.org)

En 1712 pasa a servir a la incipiente Armada española en la flota de Andrés del Pez, quien maravillado ante la valía de Lezo, emitió varios escritos de recomendación.

En 1713 es ascendido a Capitán de Navío.

En 1714 en el asedio a Barcelona, se acerca con demasiado ímpetu a sus defensas y recibe un balazo de mosquete en el antebrazo derecho, quedando la extremidad sin apenas movilidad hasta el fin de sus días. De esta manera con sólo 25 años tenemos al joven Blas de Lezo tuerto, manco y cojo.

En 1715 al mando de Nuestra Señora de Begoña y ya repuesto de sus heridas se dirige en una extensa flota a reconquistar Mallorca, que se rinde sin un solo fogonazo.

En 1716 parte hacia La Habana escoltando una flota de galeones en el Lanfranco. A su vuelta a Cadiz el barco es retirado del servicio por su mal estado y Lezo se queda allí.

En 1720 le dan un nuevo barco integrado dentro de una escuadra franco-española con el cometido de limpiar de corsarios y piratas los llamados Mares del Sur.

En 1723 la escuadra franco-española se separa y es puesto al mando de la española siendo ascendido a General de la Armada.

La escuadra del Sur, compuesta por 3 navíos en mal estado, es puesta a punto y vence primero a 5 navios holandeses y luego a 6 ingleses, pudiendo asi ampliarla con 3 barcos capturados.

Lezo se enfrenta al nuevo Virrey, quien intenta poner a amigos y familiares en puestos de la armada. El virrey desguaza la escuadra y deja de pagar a Lezo, con lo cual éste pide el retiro.

En 1730 regresa a Cádiz como jefe de la Escuadra del Mediterráneo y pagándosele lo debido, tras la intercesión de Patiño, el ministro de la Marina, sabedor de la necesidad de gente así en la Armada.

En 1731, se distinguen y reconocen los servicios del almirante al Rey, señalándose como distintivo para la nave capitana de Blas de Lezo, la Real Familia, el escudo de armas de Felipe V. Recibe órdenes de recuperar dos millones de pesos que el Banco San Jorge de Génova retenía a la corona española. Demanda lo adeudado y da un plazo de 24 horas para su entrega amenazando cañonear la ciudad, que finalmente entrega los dos millones, pero además es obligada por Lezo a rendir honores a bandera española antes de partir de nuevo a la península.

En 1732 participa en la reconquista de Orán.

En 1733, socorre la ciudad que estaba siendo sitiada.

En 1734 es ascendido a teniente general de la Armada.

En 1737 dirige una flotilla de galeones hacia Cartagena de Indias, ya que se le ha encomendado su defensa como Comandante General de la ciudad.

Cartagena de Indias, llamada “la llave del Imperio”, era un punto de una importancia geoestratégica capital, por allí pasaban las mercancías provenientes de la península y las posesiones españolas de América del sur. Su pérdida colapsaría el Imperio.

En 1739 Inglaterra declara la guerra a España. Será conocida como la Guerra de la oreja de Jenkins.

Monumento a Blas de Lezo delante del castillo de San Felipe, en Cartagena de Indias. (Foto de Marco A. Gandarillas)

En 1741,los ingleses mandan a su "armada invencible" a la conquista de Cartagena, la segunda flota más grande de todos los siglos, después de la armada que atacó las costas de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.

Los datos varían según las fuentes pero la escuadra británica debió componerse de 180 embarcaciones, 23600 combatientes y unas 3000 piezas artilladas, por contra las defensas de Cartagena no pasaban de 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos, 600 indios flecheros traídos del interior, más la marinería y tropa de desembarco de los seis únicos navíos de guerra de los que disponía la ciudad.

Fue tan colosal la derrota de los ingleses que aseguró el dominio español de los mares durante más de medio siglo hasta que lo perdió en Trafalgar, cosa que la historia inglesa no reconoce. Humillados por la derrota, los ingleses ocultaron monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó. Tan convencidos estaban de la derrota de Cartagena que pusieron monedas en circulación que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «La arrogancia española, humillada por el almirante Vernon».

El héroe falleció el 7 de septiembre en dicha ciudad al contraer la peste, enfermedad generada en la ciudad por los cuerpos insepultos ocasionados por los sucesivos combates.

Pocos fueron los que acudieron a su entierro por temor a las represalias del Virrey de la ciudad, Eslava. Este último había tenido continuados enfrentamientos con Blas de Lezo a causa de las decisiones tomadas en la defensa de la ciudad durante el sitio inglés. La situación fue tan cruel que incluso muerto fue destituido aunque posteriormente se rehabilitó su figura y se le concedió a título póstumo el marquesado de Ovieco.

Su memoria es honrada por la Armada Española, donde su nombre se recuerda con el mayor honor que puede rendirse a un marino español, siendo costumbre que exista un navío de la Armada bautizado con su nombre.

El 12 de noviembre de 1955 se efectuó un doble homenaje. En Pasajes de San Pedro se descubrió un cuadro de G. Hombrados Oñativia, en la Tenencia de Alcaldía y una lápida en la casa solar de los Lezo, del escultor Emilio Laiz Campos. Con la misma fecha se inauguraba en Cartagena de Indias la entrega simbólica de la estatua que España regalaba al pueblo colombiano.

En la parroquia de Pasajes de San Pedro se ha conservado una lápida sepulcral, una reserva de sepultura, a nombre de Blas de Lezo. La placa de Lezo se conserva en el museo de San Telmo y en la iglesia de San Pedro se expone una réplica.


Aquí se puede escuchar la biografía de Blas de Lezo narrada por Juan Antonio Cebrián en su programa La Rosa de los Vientos:




Pasa saber más:

www.elgrancapitan.org(Artículo recomendado)

www.cabovolo.com
efemerides.zoomblog.com
www.elguaridadegoyix.com
La Invencible inglesa en Cartagena de Indias
www.todoababor.es
es.wikipedia.org

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Por un error informático el comentario anterior ha sido eliminado, por lo cual lo repongo aquí:

    Drancos dijo...

    "Un gran hombre. Ni siquiera se le concedio su único y modesto deseo: el de situar una placa conmemorativa de la victoria en Cartagena de Indias bajo la fortaleza.

    Magnífico blog ;D"


    Muchas gracias Drancos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Sólo comentarios relacionados con el artículo, gracias.