sábado, 8 de septiembre de 2012

San Sebastián en 1813


  Reconstrución en 3D de la San Sebastián anterior al incendio del 31 de Agosto.


Aprovechando que hoy hace 199 años que las últimas tropas napoleónicas en España capitulaban en San Sebastian, os pongo este video por cortesía de Eneka.

domingo, 5 de agosto de 2012

Termina la temporada de excavaciones en Munoaundi (Azcoitia)

Este año se ha iniciado la búsqueda de viviendas. La campaña se ha centrado en los dos objetivos primordiales de este gran proyecto

 
Hoy termina la séptima temporada de excavaciones en el poblado amurallado de la edad del hierro de Munoandi. La campaña de este año se ha centrado en los dos objetivos primordiales de este gran proyecto; por una lado en la especificación del tipo de muralla que rodea el recinto y la recogida de información sobre la ciclópea entrada del mismo, y por otro lado, comenzar los trabajos de búsqueda de vivienda en el espacio donde tras realizar varias catas se encontraron diversos utensilios de la vida cotidiana de sus moradores.
 
Hallazgos en la zona 
 
Los trabajos en este aterrazamiento han dado, en estos días con trozos de cerámica, ya sean de confección manual o en torno, diversas piezas metálicas, además de escoria de metal (restos que quedan tras el trabajo de la metalurgia).
 
Con este último hallazgo, estamos asegurando que aquí se trabajaba el metal, ya fuera para confeccionar herramientas, adornos o armas. Ahora habrá que realizar análisis metalográficos y químicos para ver exactamente que tipo de metal era el trabajado.
 
La nueva zona de trabajo, abarca aproximadamente 100 metros cuadrados y según Sonia San José, responsable de la excavación «el tiempo ha acompañado y hemos podido realizar bastante trabajo. Para el año que viene extenderemos la zona hacia abajo, es decir hacia la muralla y también en la parte superior de la misma».
 
Se han retirado tres capas o «lechos» de 4 centímetros y básicamente se están limpiando los tocones de los pinos que había en la zona para poder cortar las raíces y quitarlos de la zona.
 
También, se han recogido muestras de carbón que examinados con la técnica del Carbono 14 nos indicarán su datación, así como el tipo de madera que era y por lo tanto el tipo de aprovechamiento que hacían nuestros antepasados del entorno. Las 20 personas que han trabajado en la zona este año, lo han hecho divididos en dos grupos. Uno en la zona del aterrazamiento y la otra en la muralla y puerta de acceso al recinto. En esta última, han retirado otra capa en la superficie sacando otra hilera de piedra de la muralla y han dado con la pared exterior de la torre de control de la entrada. En la campaña, además de la visita guiada que fue muy exitosa con unas 40 personas, ha habido un goteo constante de visitantes que se han acercado a este tesoro.
 
Poblado fortificado 
 
Munoaundi es un poblado fortificado de la Edad del Hierro, construido durante el primer milenio antes de nuestra Era, en la época anterior a la llegada de los romanos a nuestro territorio y se sitúa al este del monte Txalintxo y encima de Loyola con una superficie total que rondaría las 7 hectáreas . Desde este sitio se controla gran parte del valle del Urola. Desde 2006 miembros del Departamento de Prehistoria de la Sociedad de Ciencias Aranzadi están realizando la excavación arqueológica de este poblado para conocer como vivían sus pobladores hace unos 2.500 años.
 
En 2006 se desarrolló una campaña de prospección arqueológica en todo el recinto para localizar las áreas de mayor interés. Se excavaron más de 40 catas, donde se hallaron una pesa troncocónica de bronce, prueba irrefutable de actividad comercial y por ende conocimientos matemáticos para poder realizar transacciones comerciales. Pesas similares de esa época tan solo se han hallado en el poblado de la edad del hierro de Biasteri (Laguardia). También se hallaron piezas metálicas de la parte inferior de asta de lanza, una fíbula de bronce (elemento de adorno de un broche para 'agarrar' una capa), etc.
 
Fuente: Diario Vasco

domingo, 15 de julio de 2012

Arqueología comunitaria en Murugain

Arqueólogos y vecinos trabajarán en equipo en la cima aramaioarra. La segunda fase de la investigación del poblado de la Edad de Hierro y la Guerra Civil finalizará a finales de mes

  15.07.12 - 00:57 - NAGORE GOÑI | ARRASATE.

La cima de Murugain será un verano más punto de encuentro de arqueólogos y vecinos, que trabajarán en equipo en la investigación del poblado de la Edad de Hierro y la Guerra Civil. Tras una primera fase de trabajos arqueológicos que dieron sus frutos el verano pasado, el ayuntamiento de Aramaio, en colaboración con la Asociación para la recuperación del patrimonio (AOBT), y la empresa Ondare Babesa volverán a retomar la semana que viene los trabajos de excavación.

El objetivo será el mismo: estudiar la técnica constructiva de la muralla que rodeaba el poblado de la Edad de Hierro y determinar su estructura, así como sacar a la luz restos de las trincheras del 36. Sin embargo, el trabajo en la cumbre de 778 metros, se verá reforzado con la ayuda de voluntarios, que realizarán labores de excavación manual bajo la dirección del arqueólogo Etor Telleria. Para ello, han establecido días concretos hasta el final de la investigación, dentro de dos semanas. Los voluntarios trabajarán en 'auzolan' los días 18, 21, 25 y 28, de 9.00 a 14.00 horas. Todos los interesados pueden realizar la inscripción antes del martes, 17 de julio, en el ayuntamiento.

Alex Mendikute, miembro de la Asociación para la recuperación del patrimonio de Aramaio, se siente optimista y asegura que cuatro o cinco personas ya han mostrado su interés por el proyecto.

Tras esta segunda fase arqueológica y al igual que el verano pasado, según señala Mendikute, organizarán, esta vez en septiembre, visitas guiadas a Murugain, además de colocar paneles informativos en Aramaio, Untzilla y Murugain.

AOBT lleva ya cinco años apostando por el trabajo comunitario o 'auzolan', y la valoración es «positiva», según Mendikute. «Hasta el momento hemos realizado trabajos de acondicionamiento de caminos, como el de Txingurri, de escaleras como la de Andramari y de la fuente de Maskaño». El año pasado también trabajaron en el yacimiento de Murugain, que cubrieron para preservarlo de la intemperie y realizaron más búsquedas de trincheras. Este verano, volverán a ponerse manos a la obra en Murugain.

De poblado a trinchera 

  El poblado de la Edad de Hierro de Mugurain fue descubierto en 1988 por J. A Mujika y C. Olaetxea. Desde entonces se han acometido varias excavaciones. Ese mismo año, una cata arqueológica dirigida por Carlos Olaetxea de Aranzadi descubrió veinte fragmentos de cerámica a mano y un fragmento de bronce decorado.

 Quince años más tarde Xavier Peñalver y Sonia San José, también de Aranzadi, llevaron a cabo una intervención de valoración del impacto producido por la estación de telefonía móvil, de la que se localizó la estructura muraria que rodea el recinto de Murugain y su derrumbe, que alcanza más de cinco metros de anchura.

En 2005, la colocación de otra antena de telefonía móvil hizo necesaria una intervención arqueológica de urgencia, en la cuál se halló un supuesto espacio de ocupación delimitado por la muralla, donde se localizó material cerámico elaborado a mano.

La investigación de Ondare Babesa también localizó en julio del 2011 restos de cerámica, un molino de mano y varias piedras de afilar, pruebas irrefutables de la existencia de un asentamiento humano estable. La actuación arqueológica también permitió aflorar casquillos de bala, 60 latas y otros objetos bélicos, correspondientes a las tropas que permanecieron atrincheradas en esta cima de octubre de 1936 a abril del 37. Los últimos en protegerse en Murugain fueron los milicianos del Batallón Dragones que se vieron forzados a abandonar la zona tras el ataque de las tropas enemigas el 31 de marzo del 37.

 Fuente: El diario vasco

jueves, 10 de mayo de 2012

La arqueóloga Aitziber Lekuona da a conocer los hallazgos de la finca Zubieta este jueves en Hondarribia (Gipuzkoa)

SAN SEBASTIÁN, 9 May. (EUROPA PRESS)

La arqueóloga Aitziber Lekuona dará a conocer los hallazgos arqueológicos de la finca Zubieta este jueves en Zuloaga Etxea de Hondarribia (Gipuzkoa).

La cita tendrá lugar a las 19.00 horas. Lekuona dará a conocer los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas por la Fundación Arkeolan en la finca Zubieta de Hondarribia, propiedad de la Diputación de Gipuzkoa.

Situada en término municipal de Hondarribia y en las inmediaciones del barrio de Jaizubia, en estos terrenos se realizan plantaciones experimentales y se llevan a cabo programas agropecuarios. Conserva el nombre del antiguo caserío al que pertenecieron los terrenos que se situaba en la parte elevada de la loma, en el lugar hoy ocupado por los establos y almacenes de maquinaría.

La finca ocupa una loma redondeada adelantada sobre los antiguos terrenos de marisma hoy desecados. Por su posición, ha sido objeto de prospecciones arqueológicas desde el año 2007. Las prospecciones se inscriben en las investigaciones que la Fundación Arkeolan, con el apoyo de la Diputación viene realizando en torno al asentamiento romano de Oiasso, cuyo núcleo urbano se ha reconocido en pleno centro de la ciudad de Irún.

En el año 2007 se recuperaron fragmentos de cerámicas en los terrenos cultivados, entre los que se identificaron ejemplos romanos. Alentados por el descubrimiento, se siguió explorando la zona, incluso con apoyo de una miniexcavadora.

Finalmente, en el año 2011, en un sector de la finca se descubrieron restos de cerámica hecha a mano, muchas piezas de sílex y mineral de hierro. Se dató la ocupación en la Edad del Bronce-Hierro. Poco más tarde se obtuvieron datos correspondientes al Calcolítico (Edad del Cobre), de unos 4.000 años de antigüedad.

A la vista de los descubrimientos este año, un equipo de varios arqueólogos ha trabajado durante dos meses, febrero y marzo, en ese sector de la finca, obteniendo datos de "gran interés" que remontan al Paleolítico la ocupación del enclave.

Lekuona desgranará en su conferencia (euskera y castellano) los detalles del descubrimiento, acompañándose de imágenes y audiovisuales que permitirán al público seguir un recorrido a lo largo de unos 20.000 años de historia.

Fuente:
Europa Press

miércoles, 9 de mayo de 2012

A la caza de la torre de Atxorrotz

Eskoriatza afronta una nueva campaña de excavaciones arqueológicas dentro de la puesta en valor del castillo 
 Eskoriatza, anabel dominguez- Miércoles, 9 de Mayo de 2012

Hace cuatro años que el municipio de Eskoriatza comenzó a escarbar en las entrañas de uno de sus tesoros más preciados: el castillo de Atxorrotz. La misión se antojaba apasionante. No en vano, la fortaleza que a pesar del devenir de los años ha conseguido conservar sus restos en la cima del monte del mismo nombre, puede presumir de haber sido uno de los castillos más importantes de Gipuzkoa en la Alta Edad Media. Así que la investigación, preservación y socialización de esta joya del patrimonio cultural eskoria-tzarra era una vieja aspiración que está recogiendo sus frutos.

 Los objetivos se van cumpliendo. Tras las campañas de 2009, 2010 y 2011, la empresa navarra de arqueología Larrate, bajo el auspicio del Consistorio, afronta un nuevo asalto del proyecto de excavaciones arqueológicas. El equipo que dirige el historiador Iñaki Sagredo volverá a arrojar luz sobre una pieza clave de la historia de Eskoriatza. Y es que a nivel histórico, Atxorrotz destaca por su "extraordinaria importancia" dentro del sistema defensivo de Gipuzkoa en el siglo XII y por su sede como tenente del rey de Navarra.

La intervención ya ha dado el pistoletazo de salida. El propio Sagredo y los arqueólogos Itxaso Egizabal y Jesús López se han puesto manos a la obra. En esta nueva fase se prevé "la localización del muro interior oeste y sureste y el zócalo de la entrada con el propósito de completar el cerco amurallado del castillo principal", explican desde Larrate, que contarán con el asesoramiento de la empresa alavesa Artyco para la consolidación de la muralla.

 La documentación del potencial arqueológico de Atxorrotz incluirá también un sondeo en el interior de la ermita de Santa Cruz, del siglo XVI y que fue rehabilitada en 1953. "Se espera encontrar indicios de la construcción medieval de la base de la torre del homenaje del castillo (la estructura central), ya que lo más probable es que esta se ubicara en el lugar que ocupa la ermita, junto al aljibe y en la parte más alta del recinto", detalla el proyecto que coordina el investigador e historiador Iñaki Sagredo.

 "Al menos, a priori, el sondeo será muy interesante para conocer la tipología de las torres medievales de los castillos roqueros de Gipuzkoa, donde solo se han encontrado restos de estas características en las fortalezas de Ausa Gaztelu y Beloaga", adelantan desde Larrate. Asimismo, aprovechando que la actuación que va a llevarse a cabo obligará a levantar el suelo de la ermita, se procederá a renovar su entablado de madera dado su mal estado de conservación.  

Ultimo asalto 
'Museo al aire libre'

Esta cuarta y última campaña rematará un trabajo iniciado en 2009 donde ya se puso de manifiesto la relevancia de este conjunto arqueológico eskoriatzarra que, precisamente, el pasado marzo el Gobierno Vasco declaró Bien Cultural con categoría de Monumento. Ha sido "interesante", incluso, confrontar los resultados obtenidos con los que logró el equipo de Ignacio Barandiaran en la actuación realizada en los años 60 del siglo pasado.

Pero, al mismo tiempo, la limpieza del aljibe ha facilitado el estudio de su capacidad, labra y tipología. "Fue la primera cisterna medieval de un castillo roquero que era intervenida y acondicionada para su preservación en Gipuzkoa", precisan desde Larrate. Se han localizado materiales como cerámica, puntas de ballesta y una moneda del rey de Navarra Sancho el Sabio que "confirma su uso en el siglo XII", añade el equipo de Gestión Cultural Larrate. A lo que hay que sumar otros hallazgos que contribuyen a la puesta en valor de Atxorrotz.

En esta nueva fase, las prospecciones, catas y sondeos se prolongarán, en principio, un par de meses en la cima desde donde se divisa todo el valle de Leniz. Después cogerán el relevo las distintas actividades para socializar los resultados. "Se volverán a organizar visitas guiadas tanto para los escolares como para los adultos; un ciclo de conferencias y una exposición temporal hacia finales de año", expone Nerea Arana desde el museo Ibarraundi.

Dentro del programa de divulgación, que está reforzado con un concienzudo trabajo de recuperación y restauración para consolidar el rico patrimonio que custodia Atxorrotz, se instalará "hacia octubre" un panel informativo en el entorno de la ermita. La idea es que el yacimiento arqueológico funcione a modo de un museo al aire libre, dentro de las directrices que marca su condición de Bien Cultural. De modo que el visitante, oriundo y foráneo, tendrá la oportunidad de interpretar lo que era un castillo medieval. Y el de Atxorrotz no era uno cualquiera.  

Fuente:
Noticias de Gipuzkoa

miércoles, 4 de enero de 2012

Dos grandes clanes: los Sasiola y los Irarrazabal

DV - 03.01.12 -F. I. | DEBA.

Ya en el siglo XV, en la villa se fueron formando unas élites urbanas, las que ostentaban el mayor poder económico. Los más importantes de estos clanes fueron los Irarrazabal y los Sasiola.

En principio, ambos solares se ubicaban en el término jurisdiccional de la villa, lo que denota que ya eran importantes antes de la fundación de la villa.

Buen número de tratadistas han adjudicado a estos dos clanes la condición de «parientes mayores». En este libro de los historiadores Azpiazu y Elorza, en cambio, se cita un documento que hace pensar lo contrario. En el famoso desafío lanzado en Elgoibar el último día de 1456, por los parientes mayores guipuzoanos encabezados por los señores de Olaso, Lazkano y Balda, contra ocho villas y representantes de la Hermandad de Gipuzkoa, se amenaza expresamente a «Jofre Ybáñez de Sasiola e Martín Ochoa de Yrarraçabal, vecinos de la villa de Monreal de Deva».

Los Irarrazabal eran prebostes. En principio, este cargo provenía por designación real, y desde la práctica constitución de la villa, el prebostazgo había recaído en este clan, en recompensa a los favores servidos con sus navíos a la causa real.
Los prebostes eran los encargados de prevenir los delitos y capturar y custodiar a los delincuentes.

Los Sasiola por su parte, «presentaban en general un perfil más tecnócrata», según se puede leer en el libro. Martín Ochoa de Sasiola y Mezeta prestó sus servicios como secretario y tesorero a uno de los grandes de la nobleza, como era el Condestable de Castilla, jefe militar del reino y máximo representante del mismo en ausencia del monarca. Este Sasiola fue uno de los personajes que, el 25 de noviembre de 1539, recibieron al emperador Carlos V al entrar en Gipuzkoa.

Fuente: El Diario Vasco

martes, 3 de enero de 2012

El río Deba fue una autopista

Entre los siglos XV y XVII fue la gran vía de unión entre la Meseta y el Cantábrico. Era navegable en sus últimos doce kilómetros y todavía quedan en pie varias lonjas, como la de Maaspe
DV 03.01.12 - 02:01 - FELIX IBARGUTXI | DEBA.


El río Deba -navegable entre su desembocadura y el barrio elgoibartarra de Altzola- fue una gran autopista comercial entre los siglos XV y XVII. Por allí salió la lana de Castilla hacia el mar, hacia Flandes; por allí se transportó el famoso acero de Mondragón hacia Sevilla y hacia las Américas; en dirección contraria, por esas aguas subió la grasa de ballena hacia Castilla.

La semana pasada se presentó en Deba el libro 'Deba, una villa de vocación marinera y mercantil (siglos XV-XVII)', que informa al detalle de la faceta comercial de esta vía fluvial.

Tradicionalmente, han sido navegables los últimos doce kilómeros. Desde la desembocadura hasta Sasiola, la navegación es muy cómoda, ayudada por las mareas. A partir de ahí, hasta Altzola, hacen falta pértigas. El transporte se hacía mediante unas embarcaciones de fondo plano, llamadas en euskera 'alak'. Existe un viejo término que también ha llegado hasta nuestros días: 'alaga'. Era la pértiga de madera con punta metálica que se usaba para impulsar la embarcación.

El transporte fluvial resultaba muy ventajoso: mientras una mula podía transportar hasta 150 kilos, una embarcación era capaz de acoger cerca de 1.000.
Según cuentan José Antonio Azpiazu y Javier Elorza en su libro, publicado gracias a la beca de Ostolaza Kultur Elkartea, la población de Deba «tuvo una posición de privilegio en las relaciones comerciales entre la Meseta y el Cantábrico». Desde el interior hacia el mar, se comercializaba el hierro y el acero de la provincia, la lana de Castilla y el trigo de Vitoria-Gasteiz); desde la mar hacia el interior, circulaban la grasa de ballena, el pescado (sobre todo el bacalao) y los paños.

La conexión Vitoria-San Sebastián era mayormente por el valle del Deba, y no por la cuenca del Oria, como lo es en la actualidad. Un texto antigua lo relata así: «Desde la dicha çiudad de Vitoria y villa de Vergara se conduce para la de San Sebastián con mucha comodidad el trigo por la vía de la dicha Alçola y Deva en varcos y pinaças y en más cantidad que no en cavalgaduras por la vía de Santadrián, Segura y Tolosa».

Pero eso es agua pasada. Hoy en día, al margen de algunas personas en busca de angulas, nadie transita por las aguas del río Deba. Aún así, lo que son las cosas, los testigos más antiguos recuerdan que hubo carreras muy populares de 'alas', que, impulsadas por las mencionadas 'alagas', llegaban hasta Mendaro.

«La vida en el cauce de la ría debió de ser extraordinariamente rica, tanto en la fabricación de naos como en el transporte y pesca», han dejado escrito Azpiazu y Elorza. Se trataba de una sociedad violenta, y los viejos legajos dan noticia de abundantes sucesos trágicos. Por ejemplo, el acaecido el 6 de agosto en 1542, cuando Madalena de Zubialde recibió «una estocada en la ingle mortal» ante «muchos testigos». Acudió un cirujano, quien apreció que se trataba de una herida incurable, y de hecho la mujer expiró en presencia de dichos testigos.

La ría de Deba era una importante vía de salida para el hierro trabajado en las ferrerías. Oñati, el condado controlado por el linaje de los Gebara, también se valía de esa salida al mar. El año 1531, Juan de Lastur, maestre de nao vecino de Deba, se compromete con el mercader oñatiarra Nicolás Pérez de Lazarraga a navegar a Sevilla. Acuerdan transportar a la capital hispalense 396 cabos de hierro, cinco cajas de herraje y otras mercancías.

Otro elemento que con frecuencia viajaba en las aguas del río Deba eran las armas destinadas a la Corona española. También bajaba por el cauce fluvial el apreciadísimo acero mondragonés, «cuya calidad pone Garibay a la par del acero de Milán, con la ventaja de que el procedente de Arrasate se podía reutilizar sin menoscabo de su calidad». Los historiadores Azpiazu y Elorza se han topado con que el año 1539 se menciona una embarcación que lleva ese acero a la ciudad francesa de Nantes. Pero la referencia más directa y frecuente para los mercaderes vascos era Sevilla.

La grasa de ballena -el llamado saín, procedente sobre todo de Terranova- también transitó con frecuencia por el Deba. El tráfico de esta mercancía con destino Vitoria era constante. Generalmente, el saín partía de San Sebastián, luego recorría todo el Valle del Deba hasta el puerto de Arlaban.

El comercio de la lana fue otro de los pilares. Procedía básicamente de Castilla, pero la zona de La Rioja también tenía su importancia. Existe un documento de 1547 que informa del traslado de cinco sacas de lana de Ezcaray a Altzola. También hay constancia de un traslado desde Gatzaga hasta Deba, de nada menos que 344 sacas. La localidad cercana al Alto de Arlaban tuvo también una gran importancia comercial.

Elemento imprescindible para el desarrollo del comercio eran las lonjas. Se trataba de inmuebles destinados al almacenamiento y custodia de los productos que manejaban los mercaderes. Hubo bastantes, y la lonja por excelencia es Maaspe, un edificio que ha pervivido hasta nuestros días. Su nombre significa en euskera «Debajo de las viñas». Como dicen los autores del libro, «este inmueble permanece hoy en día milagrosamente enhiesto, tras soportar todos los embates que en aras de la modernidad ha sufrido la zona donde se asienta (trazado del ferrocarril, carretera, alineación de riberas, encauzamiento del río, etc), así como por fenómenos naturales (riadas, tempestades...)».

Personajes muy europeos

En la presentación del libro, los autores ofrecieron al público debarra varias anécdotas muy ilustrativas, como la del testamento de Martín Alós de Amilibia, hombre de mar nacido en 1480. Al sentirse mal, redactó en un testamento cerrado el destino que se les debía de dar a las monedas de un pequeño cofre. Y la variedad de monedas nos muestra un hombre muy viajado: había 'tostones' de Venecia y Génova, 'gruesos de cruces' ingleses y piezas de la Liga Hanseática, del norte de la actual Alemania. «Quiere decir que los debarras de entonces andaban por Europa como por el pasillo de su casa», comentó Elorza.

El historiador de Soraluze residente en Elgoibar se refirió también al «primer caso de secuestro político conocido en Gipuzkoa». Se trata de la retención por la fuerza del azpeitiarra Juan Martínez de Olano, a cargo del señor Ruiz de Olaso, cabecilla del bando gamboíno. El secuestrado pasó la primera noche en el caserío Garate, de Elgoibar, y de allí fue trasladado hasta Bermeo.

El infortunado era un activo miembro de la Hermandad, contraria al poder de los nobles banderizos. Así las cosas, la Hermandad comenzó a mover los hilos para conseguir la liberación. Se pusieron en contacto con el vicario de Mutriku, Gonzalo de Mezeta, que era pariente del secuestrador. Y ahora viene el detalle relacionado con Deba: las negociaciones se llevaron a cabo en la torre de Maaspe de esa localidad. Se acordó pagar un rescate de 346 doblones de oro, el equivalente a unos seis millones de euros.

Fuente: El diario vasco